La algoritmización progresiva de las actividades cotidianas otorga a un puñado de empresas un poder sin precedentes sobre (casi) todo lo que hacemos.
¿En qué circunstancias debemos permitir que un algoritmo decida por nosotros?
La algoritmización progresiva de las actividades cotidianas otorga a un puñado de empresas un poder sin precedentes sobre (casi) todo lo que hacemos.
¿En qué circunstancias debemos permitir que un algoritmo decida por nosotros?
Clasificar las capacidades de los avances en inteligencia artificial en base a su utilidad para resolver distintos problemas de negocio es la mejor manera de entender qué puede hacer por nuestra empresa y qué no.
A pesar de las cada vez mayores inversiones en tecnologías de la información en el sector sanitario español, su impacto en los costes y la calidad de los tratamientos deja aún mucho que desear. No digamos ya en la experiencia de paciente.
Technology is not Destiny. We shape our Destiny.
Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee. Autores de “La Segunda Era de las Máquinas”.
La categorización de clientes y la personalización de ofertas que permite Big Data se está convirtiendo en un commodity. Aquellas marcas que sean incapaces de crear nuevas propuestas de valor a través de la información se verán inmersas en un juego de suma cero y desparecerán.
Innovar es un proceso creativo que poco tiene que ver con ideas geniales, y mucho con observar con rigor y disciplina nuestro entorno para encontrar soluciones rentables y sostenibles a nuestros problemas, retos y necesidades.
Todo negocio se basa en una apuesta sobre el comportamiento humano. Las marcas que mejores resultados alcanzan, son las que mejor comprenden a sus clientes y, por tanto, pueden adelantarse a sus necesidades.
La transformación digital no es un complemento, es una manera distinta de pensar y actuar sobre interfaces, procesos y modelos de negocio a nivel global.