Jorge González

Cuando las organizaciones llegan a un punto en que el volumen, la velocidad y la variedad de los datos que manejan exceden sus capacidades de almacenamiento, análisis, relación y visualización, surge Big Data para ayudarlas a comprender mejor la información y tomar decisiones más acertadas.

 BIG DATA Hombre de espaldas en mitad de una calle

Christian es ejecutivo de cuentas de una consultora de marketing digital, y su jornada laboral nunca termina antes de las 9 de la noche. Al salir de la oficina, agotado por el vertiginoso ritmo de trabajo de su profesión, lo último que le apetece es entrar en un supermercado y recorrerse los lineales buscando algo de cenar que esté rico y no engorde demasiado. Con la ayuda de una aplicación de su smartphone, cinco minutos antes de abandonar la oficina, ha escogido su cena, bebida y postre, y además ha encargado una serie de artículos de uso doméstico, que la propia aplicación calculaba conveniente reponer. La transacción es automática, hecho el pedido, hecho el pago. Descuentos incluidos, sin molestos papeles de por medio.

Así, Christian, al llegar al super express de al lado de su casa, puede evitar recorrerse los lineales y hacer cola para pasar por caja a recoger su compra, y simplemente facilitando un código generado por la aplicación a un solícito empleado, llevarse la compra a casa, junto a varias muestras de productos que la aplicación ha considerado interesantes para Christian tras cruzar datos de su historial de compras con su historial de navegación por la red y algunas conversaciones mantenidas con sus amigos en las redes sociales.

Ya en casa, tras cenar y relajarse un poco, entra en Facebook con su tableta, y un pequeño anuncio que le indica que  a su amiga Mónica le gusta “50 sombras de Grey”, despierta su curiosidad y busca en Amazon el libro que recomienda su amiga, y del que además ha escuchado comentar en varias ocasiones a su jefa y a un par de compañeras. Una taimada sonrisita se dibuja en su cara tras leer de pasada el argumento y comprobar las sugerencias que hace la página en función de lo que compraron otros usuarios que habían comprado también el libro. Definitivamente, no es para él. Sin embargo, no tarda en encontrar algo de su agrado, al volver a Facebook y ver un anuncio de unas gafas de sol, que había estado ojeando por la tarde en la web de la marca. Una ventana emergente del chat salta antes de que Christian pueda hacer click en el anuncio y volver a ver esas gafas de sol que tanto le gustaron. Es su novia, y va para largo. Esta noche Christian, no se comprará las gafas, pero la huella digital que han dejado impresas sus acciones ha quedado grabada, archivada e integrada en el perfil de usuario que voluntariamente construye a diario con cada búsqueda que hace, con cada compra que realiza, con cada conversación que mantiene.

Todos y cada uno de nosotros, somos generadores de información en movimiento. Los teléfonos inteligentes, las compras online, las redes sociales, los correos electrónicos, el GPS, generan torrentes de información continua, generalmente sin estructurar y bastante difícil de manejar. Toda una jungla de datos, que envuelve celosamente los patrones de nuestro comportamiento a la espera de ser descubiertos.

En el último Foro Económico Mundial, celebrado en Davos a finales del mes de enero de este mismo año, el informe “Big Data, Big Impact”, declaró la información como una nueva clase de activo económico homologable al dinero, o al oro.

Un informe de The McKinsey Global Institute (MGI) “Big Data: the next frontier for innovation, competition and productivity”  («Big Data: la nueva frontera de la innovación, la competencia y la productividad»), sostiene que los datos se están convirtiendo en un factor de producción, como el capital físico o humano.

Más allá de la analítica convencional, el Data Mining, la experiencia profesional y la intuición de la persona  mejor pagada de la empresa (HiPPO: Highest-paid person’s opinion), Big Data es más simple y ostenta una capacidad inmensamente mayor para extraer información relevante, dar sentido, ordenar y cotejar todos estos datos, en aras de reducir el riesgo en la toma de decisiones y alcanzar mejores resultados.

Por ejemplo, el número de consultas de Google acerca de los precios de la vivienda, resulta predecir con mayor precisión lo que va a suceder en el mercado de la vivienda, que el mejor análisis realizado por especialistas del sector. Del mismo modo, las consultas de búsqueda en Google sobre los síntomas de la gripe y sus tratamientos, revelan con semanas de antelación los volúmenes de casos relacionados con la gripe que los departamentos de emergencia de los hospitales pueden esperar.

Big Data sondea lo que las personas dicen sobre lo que hacen, han hecho, o harán, y realiza un seguimiento de lo que las personas están haciendo en cualquier área, ya sea compras, opiniones sobre marcas, economía, o política, etc. e incluso delincuencia. Todo se basa en su capacidad para analizar ingentes cantidades de datos sin estructurar en tiempo real, generando un poder predictivo sin precedentes. Su eficacia reside en las decisiones estratégicas que facilite el análisis que se haga de la información en cuestión. Sin buenos analistas no hay Big Data.

Si bien es cierto que las decisiones basadas en datos tienden a generar mejores resultados, también lo es la facilidad de confundir correlación con causalidad y descubrir patrones erróneos en el análisis de la información. Big Data va a suponer un cambio muy significativo en la manera en que se gestionan los negocios, pues va a transformar definitivamente los procesos de toma de decisiones en todo tipo de organizaciones, tanto privadas como públicas.

A lo largo de los siguientes posts iremos viendo en detalle las implicaciones, retos y oportunidades de la irrupción del fenómeno Big Data en la gestión de los negocios y en la vida de las personas.

¿HABLAMOS?

Jorge González

Creador de THINK&SELL. Consultoría estratégica, creativa y de innovación orientada a la generación de oportunidades que multipliquen el valor de la marca y el ROI a través de una mejor Experiencia de Cliente.

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  2. […] organizaciones que prosperen en la era Big Data, no lo harán simplemente porque tengan más o mejores datos, sino porque crearán equipos bien […]

  3. […] a diario aumenta a un rimo tan vertiginoso, que en breve, todo análisis de datos, partirá del Big Data, lo que en principio fomentará la toma de decisiones basada en evidencias científicas, pero que […]

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  5. […] una escala mucho mayor. El gran cambio se basa  en que actualmente, las personas disponemos de un acceso mucho más rápido a un ingente volumen y variedad de información de veracidad generalmente contrastable, que hace posible que los activos físicos puedan […]

  6. […] implica que los departamentos de marketing de las marcas que pretendan hacer un uso fructífero del Big Data, necesitarán incluir no sólo perfiles tecnológicos y analíticos con los que filtrar y ordenar […]

  7. […] lección jamás ha tenido mayor relevancia. En la era del Big Data, donde todos y cada uno de nosotros somos generadores de datos andantes, y los departamentos de […]

  8. […] Dentro de las tendencias de uso y consumo generales, son pequeños grupos de usuarios -que a veces pasan desapercibidos- los que las dirigen. Alcanzar una comprensión más detallada sobre quién está haciendo qué, precisa de una segmentación más sofisticada que incluya tanto las habituales características sociodemográficas, los patrones de uso y los niveles de gasto, como las actitudes, preferencias y necesidades de los consumidores,  con el respaldo de analíticas basadas en Big Data. […]

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