El posicionamiento de marca (Brand positioning) responde a la pregunta: ¿Qué lugar ocupas en la mente de los consumidores?
El posicionamiento de marca (Brand positioning) responde a la pregunta: ¿Qué lugar ocupas en la mente de los consumidores?
La conciencia de marca (Brand Awareness) responde a la pregunta: ¿Quién te conoce?
La conciencia de marca se produce cuando una marca consigue un alto nivel de conocimiento dentro de su mercado/s, hasta el punto de ser reconocida y recordada entre distintos grupos de personas; tanto clientes y público objetivo, como personas sin interés aparente por la marca. Esto significa que la marca está presente en el subconsciente de los consumidores y es fácilmente recordada siempre que se encuentre entre productos o comunicaciones de su categoría. En definitiva, cuando existe conciencia de marca, el público objetivo de la marca es capaz de reconocer su nombre y sus asociaciones de manera inconsciente.
La identidad de marca (Brand identity) responde a la pregunta: ¿Quién eres?
En el post anterior definimos el término marca como un catalizador de afectos, como un integrador de todas las sensaciones, percepciones y experiencias resultantes del contacto con una organización, sus productos y servicios, que una persona puede tener, y enfocamos la primera dimensión del branding, el concepto de marca, como la idea general que subyace bajo la creación de una marca.
Sin lugar a dudas, el branding es uno de los anglicismos más transitados y peor entendidos de entre cuantos circulan por la jerga corporativa contemporánea. Si escogiéramos al azar a un director general de una gran empresa y le preguntásemos qué entiende por branding, no nos sorprendería recibir una respuesta del tipo: “es lo que tiene que ver con la marca, un intangible que genera valor para los accionistas”. Algo no del todo incorrecto, pero bastante impreciso e incompleto.
Nuestra tendencia compartida a sobrestimar el efecto de una tecnología en el corto plazo y subestimarla en el largo, como observó el futurólogo norteamericano Roy Amara hace unos cuantos años, nos conduce a dar una importancia exagerada a fenómenos que en muchos casos no cambiarán nuestra vida de modo significativo y pasar por alto otros, que sin embargo, la cambiarán por completo. Las redes sociales digitales son un ejemplo curioso en las que tal postulado, puede interpretarse de muy diversas maneras según quienes sean los implicados.