Que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han hecho saltar por los aires tantos viejos de modelos de negocio, como estimulado las oportunidades para la creación de otros tantos nuevos, es obvio. Sorprendentemente, la gran mayoría de las organizaciones continúa postergando sine die la reestructuración de sus departamentos de marketing, con personal, estrategias y procesos anclados peligrosamente a un pasado que no volverá.