Una marca de servicios es una promesa sobre la naturaleza de una experiencia futura con una organización.
Una marca de servicios es una promesa sobre la naturaleza de una experiencia futura con una organización.
La semana pasada el Reino Unido aprobó un impuesto sobre las bebidas azucaradas para combatir la epidemia de obesidad, de la que algunas marcas son promotoras netas. No es el primer país que lo hace, y tampoco será el último.
En la medida en que existan debilidades en saber lo que realmente nos conviene, y en tanto que esas debilidades sean susceptibles de ser promovidas y aprovechadas por alguien de manera rentable, algunas marcas aprovecharan todas las oportunidades que se les presenten para explotar sin piedad y aprovecharse sin la menor sombra de resentimiento de las mismas.
El viernes pasado compartí mis impresiones sobre el concepto de arquitectura de marca y sus implicaciones de negocio con los alumnos de Cesco Serra, de la asignatura “Gestión de Marca” de segundo curso del grado en Publicidad y Relaciones Públicas del Centro Universitario Villanueva.
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En el anterior post vimos un marco con el que enfocar la marca hacia el cliente. Hoy vamos a ver cómo utilizarlo para resolver problemas concretos.
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Desde el momento en que una persona da por descontados los beneficios funcionales, la calidad y la imagen de marca de un producto o servicio, la gestión de la experiencia de cliente es el componente diferenciador clave que determina su elección.
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El pasado viernes 20 de febrero, Cesco Serra me invitó a compartir mis impresiones sobre el concepto y las implicaciones de la identidad de marca con sus alumnos de la asignatura «Gestión de Marca» de segundo curso del grado en Publicidad y Relaciones Públicas del Centro Universitario Villanueva. Aquí podéis ver la presentación:
No existe nada que pueda considerarse como una marca de lujo genérica. Las marcas de lujo pueden percibirse de distinta manera por distintas personas, e incluso pueden contener distintos significados para una misma persona.